En un seminario-taller investigadores presentaron los avances de un innovador proyecto
que utiliza levaduras nativas para mejorar la conservación de frutos no climatéricos.
Productores locales y autoridades dialogaron sobre las necesidades de la industria,
destacando el impacto positivo de esta iniciativa en la calidad y comercialización de la frutilla.
Como parte del proyecto “Sistema de conservación, basado en una levadura nativa
mejorada con óptima producción y liberación de un gasotransmisor natural, para alargar la
vida útil de frutos carnosos no climatérico”, se realizó un seminario-taller en las
dependencias del INIA La Cruz donde investigadores compartieron los avances y alcances de
esta iniciativa con agricultores, productores locales y autoridades municipales.
Esta iniciativa es dirigida por el Dr. Sebastián Molinett, investigador del INIA La Cruz y es
financiada con aportes de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID),
Subdirección de Investigación Aplicada (SIA). Este estudio es ejecutado en conjunto con la
Universidad de Santiago donde participa el académico Claudio Martínez, PhD en Biología
con especialización en genética y la participación como empresa asociada de Agro Q-Tral,
potencial licenciataria de la tecnología.
El evento, organizado por INIA La Cruz para fomentar el diálogo entre la investigación
científica y el sector productivo, reunió a productores integrantes de Agrofrutilla San Pedro,
usuarios de los Prodesales y representantes del Departamento Agrícola Municipal de la
Municipalidad de San Pedro.
El seminario comenzó con una charla acerca de la presentación general del proyecto y sus
alcances, la cual fue dictada por el Dr. Sebastián Molinett, investigador del INIA La Cruz,
donde se destacaron los objetivos y los avances logrados hasta la fecha.
Esta charla inicial fue seguida por la exposición del Dr. Carlos Figueroa, profesor de la
Universidad de Talca y miembro del equipo técnico, quien abordó herramientas
biotecnológicas para el manejo postcosecha, enfocándose en la mejora de la vida útil de la
frutilla y la calidad del fruto.
Según el Dr. Figueroa “este proyecto busca integrar años de investigación en frutillas
comerciales, blancas y chilenas, desarrollando alternativas biológicas efectivas que permitan
mejorar la calidad y la conservación del fruto, adaptándonos a las necesidades de los
agricultores y a las variaciones climáticas locales.”
Posteriormente, se llevó a cabo un conversatorio con los asistentes, generando un espacio
para compartir ideas, sugerencias y observaciones. Estas contribuciones serán
fundamentales para ajustar las próximas etapas del proyecto, el cual se extenderá hasta
2025.
“El avance de la biotecnología en la agricultura está abriendo nuevas posibilidades para los
productores de frutales y hortalizas”. Sebastián Molinett, experto en innovación
biotecnológica, destacó la necesidad de investigar sobre estas técnicas que permiten
mantener la frescura de la fruta por más tiempo, minimizando pérdidas y optimizando la
comercialización. “Con la aplicación de estos avances, la industria podría reducir
significativamente el desperdicio de este producto tan demandado, beneficiando
especialmente a los pequeños y medianos productores.”
Testimonios
Roberto Farías, representante de Agrofrutilla San Pedro
“La vida útil de la frutilla es un gran desafío, especialmente en verano. Este proyecto
promete triplicar su duración, lo que será revolucionario para nuestra producción y
comercialización.”
Nancy Villagra, encargada del Departamento Agrícola Municipal
“Esta iniciativa permitirá llevar al mercado frutillas de mayor calidad y duración,
beneficiando directamente a nuestros productores locales.”
Juan Pablo Pazzi, productor de Nihué Alto
“Ser parte de este proyecto desde sus inicios nos brinda la oportunidad de mejorar
significativamente el estado de nuestras frutillas frescas al llegar a los consumidores.”
Proyección y relevancia
Chile, aunque es un actor menor en el panorama mundial de la producción de frutillas,
destaca por la calidad de su fruta. Este proyecto busca posicionar al país mediante
soluciones innovadoras, como el uso de biotecnología, para extender la vida útil del fruto y
reducir pérdidas en postcosecha.
El seminario marcó un importante hito de colaboración entre la academia, los productores y
las autoridades locales, abriendo camino para futuras actividades en terreno y consolidando
la relación con el sector agrícola en la comuna de San Pedro.
En qué consiste el proyecto
Este proyecto liderado por INIA, se ejecuta en conjunto con la Universidad de Santiago
quienes cuentan con un pool de 195 cepas de levaduras nativas de Saccharomyces
cerevisiae, que tienen la capacidad de producir gasotransmisores. El equipo de investigación
y desarrollo de la Universidad de Santiago es liderado por el Dr. Claudio Martínez
Fernández, PhD en Biología con especialización en genética.
Además, en esta iniciativa participa la empresa AgroQ-Tral, potencial licenciataria de la
tecnología, que se enfocaría en la comercialización del sistema bioproductor de
gasotransmisores.
El desafío de este proyecto es prolongar la vida útil de la frutilla después de la cosecha
usando levaduras que sean capaces de sobreproducir este gasotransmisor natural. El
sistema de preservación que se desarrolla se fundamenta en levaduras originarias de
entornos enológicos, las que son sometidas a mejoras genéticas mediante cruzamientos
convencionales para producir un gas capaz de generar un efecto en la vida postcosecha de
la fruta, especialmente en vista de los desafíos asociados a la venta de este tipo de fruta en
fresco.
De esta población de cepas nativas de Saccharomyces cerevisiae, que forman parte del
programa de mejoramiento genético para optimizar las tasas óptimas de producción y
emisión de esta molécula, se espera obtener una cepa de levadura capaz de producir este
gasotransmisor por un período en torno a una semana.
Qué significa que una levadura posea la capacidad de producir este tipo de moléculas?
Significa que durante su proceso metabólico puede generar este gasotransmisor natural, el
que es capaz de preservar la calidad de frutas y hortalizas durante su postcosecha junto con
poseer propiedades antimicrobianas.
El desarrollo tecnológico final que se va a obtener, es una alternativa económica, efectiva,
sostenible y viable que puede ser implementada tanto por grandes como por pequeños
productores. Además, su aplicación es sencilla y no requiere de capacitación especializada y
complementa de manera óptima las condiciones de refrigeración.
Esta solución permitirá al productor garantizar la calidad de la fruta durante un período
prolongado al disminuir la merma de producto no comercializado.
Existe expectativa en los actores claves de este rubro en seguir de cerca los resultados y
beneficios que este desarrollo tecnológico pueda aportar tanto a los productores como
asesores técnicos.
Lo que viene
Actualmente se realizan tratamientos con este gasotransmisor natural, generado por
levaduras, en la postcosecha de frutilla a temperatura ambiente como durante el
almacenamiento en frío y durante la maduración de los frutos.
Hasta las dependencias del INIA La Cruz se traerán plantas provenientes de viveros para
realizar experimentos en condiciones reales donde se estudiará el impacto de estos
tratamientos tanto en la regulación hormonal como en la expresión de genes clave en los
procesos de maduración/senescencia del fruto a nivel transcriptómico.
Durante el proceso, se medirán rasgos de calidad como el color, la firmeza, la acidez
titulable, el gasotransmisor endógeno, así como los niveles de polifenoles, flavonoides y
antocianinas.
Este avance es especialmente relevante en la industria alimentaria, donde la preservación
de la frescura de los berries es fundamental para asegurar su calidad y seguridad
alimentaria.