“Yo comencé la producción de Ecoombú en mi cocina, esperando a que todos se durmieran para poder trabajar, con hijos por la ventana preguntándome si estaba cocinando comida o shampoo, son momentos que recuerdo con mucho cariño”
Con Loreto nos juntamos una calurosa tarde de febrero a tomar un café helado en la librería Caza del Libro, para hablar de “Ecoombú”, de su vida, las dificultades, su crecimiento y de cómo esta ex profesora de Biología se tiró a la piscina del emprendimiento, pero encontró mucho más, incluso hoy tiene su propio laboratorio certificado, en donde ya está trabajando para otras marcas que sigan la misma línea de su propósito.
¿Cómo nace tu idea de emprender?
“La verdad si analizo el tema del emprendimiento, debo decir que he sido una emprendedora durante casi toda mi vida, sin saberlo, o sin clasificarme como una. Por ejemplo en la universidad hacía cosas con mostacilla y las vendía sin saber que estaba generando una micro economía para mí sustento. También realice mosaicos y genere una página en Facebook con el nombre Ombú Mosaicos”.
¿El nombre ya venía de antes?
Le pregunto intrigada, pero igual pone el freno.
“Este nombre tiene relación con un árbol que en un ratito te voy a comentar, pero si lo analizo, el tema del emprendimiento siempre ha estado en mi vida, aunque en un principio esto me llevó a trabajar de forma dependiente, ya que la presión social te lleva a ser parte del sistema… Pero llegó el momento de la pandemia que fue crucial y me movió el piso. Analicé toda mi vida para atrás y pensé: Ha pasado el tiempo, han crecido mis hijos, me he perdido de momentos importantes de ellos y ese fue mi motor para pensar en algo nuevo.
Si bien es cierto existía una incertidumbre económica, emocional y la vulnerabilidad que sentíamos en ese momento, para mí lo más importante para tomar esa decisión fueron mis hijos y tener la libertad de acompañarlos en su día a día, no solo en llevarlos y traerlos del colegio, cosa que no podía hacer en los otros trabajos. Y desde ahí surgió la idea de “Ecoombú” en principio con muy pocas expectativas, con la idea de vender a la familia y amigos.
Después me doy cuenta de que mi marca se alineaba a mi propósito de vida y llega a un punto de no retorno, donde tengo que tomar la decisión de renunciar y tirarme a la piscina”.
En algún momento de nuestra conversación tocas el tema de que el nombre “Ecoombú” viene de un árbol, cuéntanos de ello.
“El nombre es una historia familiar, ombú es un árbol que genera un gran ecosistema, para insectos y fauna local, aunque no es una especie autóctona chilena, tiene una prestancia que a mí me acongoja y siempre lo he asociado con mi tata que fue una figura muy importante en mi vida y el origen de toda mi crianza. Siempre relacione este nombre con él y su capacidad de silenciosamente ser tan benéfico para las personas que lo rodeaban, siempre estuvo esa conexión, desde la universidad con los mosaicos y quise recordarlo a él y hacerlo, para él, como un homenaje. Y así surgió ombú, que fue mutando y cuando decido crear estos productos ecológicos y entregar alternativas sustentables, dije eco y junto a Ombú nace “Ecoombú”, sin analizarlo demasiado me gusto como quedó, dije ese es el nombre y me lance”.
También en algún momento nos dijiste que el propósito de la marca va muy de la mano con tu forma de pensar ¿Cómo fue eso?
Y es en ese momento cuando Loreto saca su esencia…
“Esta pandemia, este remezón tan fuerte me llevó a replantearme hábitos, paradigmas que tenemos inculcados y que quería liberarlo con respecto al consumismo, o analizar un poco más todo lo que nosotros llevamos a nuestra piel e incorporamos a nuestra alimentación. Y me fui enfocando en eso, poder entregarles a mi círculo cercano y a mi piel productos que sean saludables, no solo la parte estética, productos que realmente generen bienestar.
Entonces mi propósito de vida de poder generar bienestar a las personas a través de estos productos vienen de la mano de poder reconocer ingredientes naturales y cuando uno ingresa al mundo de la cosmética, es un laberinto del que uno no sale, ya que es tan fascinante reconocer las plantas y sus propiedades.
También recuerdo mi crianza con mi mamá, mi abuelita, ellas muy cercanas a la tierra, a las hierbas medicinales. ¿Y por qué no acercarlo con el propósito de entregarles a las personas una piel saludable?”.
Se nota al escucharte que te apasiona tu emprendimiento, pero me imagino que lamentablemente no todo es bueno. La cosmética natural o la cosmética en sí es un emprendimiento que es complejo, que te exige muchas cosas, permisos para una cosa, para otra. Vivimos en un país que es súper burocrático ¿Cómo fue para ti? ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles? Porque hay veces que tenemos una muy buena idea, que tenemos un muy buen producto, pero también, hay emprendimientos que son súper complejos en nuestro país, porque en vez de abrir las puertas para el beneficio de la economía que es fundamental, existen muchas trabas.
Fue mi gran desilusión cuando entre a este mundo, cuando comencé a elaborar estos productos, me preocupé tanto de que estuvieran bien elaborados y de su la calidad que llegó el momento en el que para llegar a más personas tenía que regularizar su inscripción en el instituto de Salud Pública y me encontré con una pared de cemento gigante, porque en realidad es tanta la burocracia.
Si yo analizo hoy en día la normativa vigente en cuanto a cosmética hay muchos más permisos para poder traer productos sin siquiera analizar qué ingredientes tienen, a diferencia de un emprendimiento hecho en casa o en su propio laboratorio, pudiendo ser algo mucho más natural y más inocuo para la piel.
Tuve que aprender, leer, estudiar mucho sobre la normativa, para poder tomar la opción de implementar mi propio laboratorio y para eso surgieron muchas necesidades, del punto de vista financiero y para poder encausarme hacia esa meta, poniendo objetivos pequeñitos y trabajando día a día para mi laboratorio. Ocupando el dinero del Díez por ciento, postulando a fondos públicos, porque sola no podía. Tuve que contratar una químico que me asesorara en el proceso, fueron meses de problemas económicos, ya que tenía que solventar todo. En un momento pensé que no iba a lograrlo, pero de a poco con la convicción, uno se enfrenta a una motivación que te hace seguir pese a que sientes que todo a tú alrededor se cae…
Así, iba de frente dando la pelea sola y aunque en realidad nunca lo estuve, porque estaba mi familia y mis amigos, pensé que en algún momento me dirían que NO. Pero estaba tan convencida de que estaba haciendo las cosas bien. Fui súper matea en bajar toda la documentación del instituto de Salud Pública, para saber por ejemplo: dónde tenía que colocar la ventana o el extintor… Fue una carrera a ciegas, debo decirlo, porque me enfrenté a muchas cosas y lamentablemente, te dicen, pero si está todo en la página…”
¡Ahí hay que tirar las orejas yo creo…!
Le digo también molesta con lo que me cuenta.
“Yo cada vez que puedo, trato de hacer ver que falta mucha información al respecto, faltan qué el instituto de Salud Pública genere talleres, ya que yo en algún momento tuve que pagar por accesorias, para que me dijeran, mira el instituto pide estas características, estos son los metros que debe tener, esta es la salida, la entrada, cosas que no están en el papel y que me encontré en el momento cuando estaba edificando y otras que tuve que cambiar, porque el papel decía una cosa y cuando vinieron a revisar me enfrente a otra, fue difícil… Ha sido lo más difícil a lo que me he enfrentado, pero tenía la convicción de que lo iba a lograr y que al final sería buena la recompensa”.
¿Cómo ha sido para ti ser emprendedora, siendo mujer, mamá y con esta gran cantidad de roles que nosotras debemos cumplir?
“Este es un tema bien complicado porque si nosotros analizamos, antiguamente el rol de la mujer era distinto y hoy tenemos que agradecer que se ha ido abriendo camino a nuestro trabajo y a que nosotras salgamos, pero aun así estamos en mucha desventaja, porque como bien dices somos multitarea, no solo nos enfocamos en nuestra actividad económica, sino que también tenemos una mochila familiar, emocional, entonces todas estas cosas que enfrentamos en el día a día hacen que nuestro quehacer tenga un mayor grado de dificultad para poder compatibilizar todas estas dificultades, es por ello que es muy importante tener una gran red de apoyo, para poder descansar y tener contención cuando las cosas se ponen difíciles.
Pero a veces lo encuentro injusto y me frustro de no poder ser más activa en las actividades del ecosistema, que son súper interesantes y que me hubiera gustado haber estado en un cien por ciento, pero a veces estas me chocan con actividades del colegio, de mis niños, familiares y a veces me toca trabajar esas emociones y priorizar, entendiendo que no puedo hacerlo todo, tomando decisiones que me cuestan pero finalmente todo tiene su recompensa, enfocándose en el bienestar de los demás, para no fallarle a mis papás, como por ejemplo en sus horas médicas y tomando en cuenta que ellos también están cuando yo los necesito.
Por mucho tiempo Ecoombú fui yo solamente, ahora estoy repartiendo mis tareas, he ido delegando ciertas acciones y eso me permite enfocar mis esfuerzos en otras áreas, ya que la vinculación es muy importante, conocer a otros emprendedores que tienen las mismas necesidades, que compartimos problemáticas y a veces el solo hecho de conversar nos aliviana la carga, compartir instancias de aprendizaje es enriquecedor, no solo para mi marca, si no para mí como persona”.
Mirando hacia atrás ¿Cuáles son los principales hitos de Ecoombú?
“Yo comencé la producción de Ecoombu en mi cocina, esperando a que todos se durmieran para poder trabajar, con hijos por la ventana preguntándome si estaba cocinando comida o shampoo, son momentos que recuerdo con mucho cariño. Entonces mi primer hito fue el laboratorio con la notificación en el ISP.
El segundo fue cuando fuimos destacados como empresa regional. Cuando me contó mi asesora Loreto, que habían puesto a tres empresas destacadas y me nombraron a las otras yo pensé, cero posibilidad… Y cuando me llega el mail, recuerdo que estaba sola en el laboratorio y tuve que volver a leer, no podía creerlo y fue una satisfacción en el alma y aunque no tenía expectativas fue el reconocimiento de que había hecho las cosas bien, que todas las lágrimas que derrame, con el registro, en el laboratorio y nadando contra la corriente, valió la pena. Y pude compartir esa alegría con mi hija, ya que en la instancia destacaron el hecho de ser mujeres y mamás, al incluir a los hijos, contabilizándolos en todos, los pasajes, el hotel… Fue muy bonito vivir esa experiencia con ella”.
¿Cómo fue ese momento de ir a la Moneda para recibir esta distinción?
“Fue muy fuerte y emocionante ver mi rostro en un pantalla gigante mientras bajábamos hacia el centro cultural Mapocho con mi hija. Fue lindo poder mostrar nuestro trabajo y compartir con las otras empresas destacadas, ya que todas tenemos muchas historias y experiencias en común y poder hablar con el presidente…”
En el momento que menciona esa última frase sonríe con cara de niña mala…
“Ya que saliéndome de todo protocolo yo lo atrape y vomite todo lo que había vivido, con todo lo injusta que es la legislación. Le dije que por favor analizaron los productos de los Mall Chino, muchos tienen acceso a esos artículos y son los que usan en su piel y gran parte de ellos tienen petroquímicos y van acumulándose, generando enfermedades, desde una dermatitis, un acné, entre otras y es tan importante hacer ese análisis. Y fue mí momento, él tomó apuntes, solo espero que no quedaran en el aire, pero lo hice para marcar un precedente que sí existe esta problemática, que hoy en día nosotros en el comercio encontramos productos que están dentro de la norma, con concentraciones mínimas, pero se van acumulando y las personas no conocen esta información. No deberíamos tener tantas dificultades los que trabajamos bien y consientes, rescatando la esencia de plantas autóctonas”.
¿Cómo vez el trabajo del ecosistema?
“Me sorprende ver que hay tantas personas enfocadas en el bienestar emprendimiento regional y me da gran orgullo ver como se reúnen y analizan problemáticas viendo posibilidades de mejoras, siento que es importante dar a conocer más estas iniciativas y hacer invitaciones a nuevos emprendimientos, hacer rotación, ya que también hay otros que tienen mucho que entregar, pero como no se les abren esas ventanitas quedan ahí y ven que otros ejecutan acciones, siento que entre todos podríamos aportar mucho más.
También siento que falta más información para las personas que emprenden, no sólo en fechas importantes, como el día del emprendimiento, o la semana de la pyme, debería ser siempre, algo sostenido en el tiempo, para formar emprendedores que se sientan acogidos del ecosistema, ya que aunque podemos ser reconocidos como casos de éxito, existe mucho trabajo detrás, que sería muy bueno compartir y ser parte de un aprendizaje para más emprendedores y así trabajar colaborativamente”.
¿Qué se viene para Ecoombú?
“Creo que he trabajado harto para formar buenos cimientos, para que todo lo que venga sea fortalecer el área de venta. En este momento me adjudique un fondo CORFO, que me permitirá poder generar la expansión comercial, pero para esto yo debo fortalecer mi equipo de trabajo y en eso estoy, en una etapa de transición en la que este dinero me permitirá poder incorporar personal a mi equipo, para cumplir funciones específicas y poder llegar a otras regiones, mi meta es llegar a tres regiones más”.
¿Hoy que podemos encontrar en Ecoombú?
“Nosotros elaboramos productos desde la naturaleza, enfocados en el bienestar de la piel, higiene y cuidado personal, limpieza capilar, productos eco certificado, ya que para nosotros los procesos son muy importantes, sin generar un daño para el medio ambiente y un bienestar para ti y la salud de tu piel, rescatando la esencia de platas autóctonas, como el quillay y la quínoa.
También para nosotros es importante tener productos para toda la familia y las mascotas son parte de ella y decidimos incorporarlos también productos para ellos”.
Para saber un poco más de ti y de la marca.
“En instagram @ecoombu, nuestra página web, www.Ecommbu.cl y en lugares de ventas en Rengo, Machalí y Rancagua”.
La entrevista de Loreto es la esencia de la fuerza que debe tener un emprendedor, mostrando que es difícil y que el camino del éxito va de la mano de la perseverancia y el rigor. También nos muestra cómo las instituciones deben actualizarse para avanzar en los procesos, que son importantes, pero no debe ser un obstáculo para crear nuevas y mejores empresas, que fortalecen la economía de un país, dan empleo y lo ponen en el foco del verdadero desarrollo de sus raíces y su gente.
Muchas gracias Loreto Orellana.